La Garita, nuevo espacio cultural

Diario LOS ANDES. Mendoza, Argentina
Sabado 3 de noviembre 2007

Cultura
La Garita, nuevo espacio cultural


«Este emprendimiento -nos dice su responsable, Rodrigo Scalzi- nació debido al amor que siento por el ferrocarril. Quise ayudar a recuperar esa parte de la ciudad, tan abandonada. Esto fue allá por el 2000, presentando proyectos y carpetas. Hace un año, la Onabe me dio el permiso para comenzar con la restauración y hemos llegado a formar este centro cultural, poniendo énfasis en la galería de arte, con shows en vivo de bandas, representaciones teatrales, presentaciones de libros y recitales poéticos».

Scalzi es artista plástico y nieto de ferroviarios. El joven visitó nuestra redacción y nos contó que ‘La Garita’, tal el nombre que le ha puesto, consta de dos habitaciones. «En la parte de arriba están todas las palancas, que constituían el sistema para que los trenes cambiaran de vía. Hemos recuperado esa maquinaria y así tenemos un pequeño museo ferroviario, donde exponemos los cuadros. También la utilizamos para dar clases de dibujo y pintura. Hemos hecho un jardín y allí, al aire libre, irán las esculturas».

-¿Quiénes están a cargo de los talleres?

-Yo estoy dando pintura, especialmente técnica mural y Hugo Sette da dibujo.

-¿Qué artistas participan?

-Los que pertenecen al grupo que estamos armando son Osvaldo Chiavazza, Martín Villalonga, Flor Aise, Alberto Thormann, Guillermo Rigattieri y Gustavo Copoletta, junto con Matías Cuevas y Nicolás Godoy.

-¿Quiénes exponen actualmente?

-Hemos inaugurado una muestra con este grupo. Utilizamos también el espacio exterior colocando unos bastidores grandes. Por eso podemos mostrar dos obras de cada uno. Mis trabajos, además, son de tamaño mural. Hemos armado, con durmientes, unos caballetes, bien rústicos. A la noche se guardan. De todos modos, las pinturas que yo hago resisten la intemperie.

-¿Y la seguridad?

-Está todo vigilado con alarmas.

-¿Y el espacio para los espectáculos?

-Hemos hecho un escenario en el espacio donde las locomotoras daban vuelta. Es una mesa de maniobras. Tiene veinte metros de diámetro.

-¿Cómo hacen con el sonido?

-Hemos previsto terminar antes de la una de la mañana. El verano pasado, el mayor problema lo tuvimos con los vecinos, sobre todo con un hotel de enfrente. Yo no quiero molestar a nadie, de modo que busco llegar a un acuerdo. Me interesa terminar de recuperar el lugar y utilizarlo para el desarrollo artístico, porque en esa zona no hay galerías ni salas de esparcimiento.

-¿Cuántas personas caben?

-Hay espacio físico para mil personas sentadas, según nos dijo una arquitecta de la Municipalidad, que hizo el plano de contingencia. Ese círculo donde daban vuelta las máquinas es como un anfiteatro, pero no lo hemos pensado para espectáculos multitudinarios.

-¿Quién hace la producción?

-Me ayuda mucho Fernando Gabrielli y también Pamela Parro.

-¿Les han dado alguna ayuda económica, algún subsidio?

-No, nada. Todo es a pulmón. Hemos recibido una donación de libros de Ediciones Culturales de Mendoza y nos han prometido más. De a poco iremos formando una biblioteca.